El Fútbol y las No-Go-Areas
Francy Cifuentes Gutiérrez
El mundial se acerca con la pasión que ha unido a los fanáticos y simples espectadores del fútbol. Alemania se prepara para el evento más importante en lo que a nivel de balonpié se refiere. También se alista para recibir millones de aficionados procedentes de todo el planeta. Sin embargo, en los últimos meses algunas preocupaciones han colmado los medios de comunicación y alertado a las autoridades. A pesar de que hechos de violencia racial y xenófoba se han presentado con anterioridad, existe una intranquilidad generalizada en vista del mundial de fútbol. Los llamados neonazis y miembros de grupos de extrema derecha han expresado su intención de fortalecer su presencia en el evento deportivo.
Recientemente el exportavoz del gobierno Uwe-Karsten Heye calificó algunos lugares de Alemania como No-Go-Areas. Lo que quiso advertir fue el riesgo que podría correr la población con tez distinta a la blanca de no salir con vida en ciertos entornos en los que actúan grupos neonazis. El periódico Berliner MorgenPost recogió las declaraciones hechas ante una emisora local. El señalamiento produjo airadas reacciones de sectores que todavía desean conservar una buena imagen para el desarrollo del mundial. Infortunadamente, las declaraciones del exportavoz no están alejadas de la realidad. Dos hechos han consternado a la población. Un ciudadano alemán de origen etiope casado y padre de dos niñas fue agredido por grupos nazis. Ahora se debate entre la vida y la muerte. Así también el político berlinés de ascendencia turca Giyasettin Sayan fue víctima de un ataque racial que le produjo contusiones cerebrales.
Con antecedentes como éstos surgen inquietudes acerca de lo que pueda ocurrir a los visitantes, con mayor peso cuando de fútbol de trata. No es la primera vez que la afición por el deporte tienta a la intolerancia. Las barras bravas han hecho de las suyas en las graderías, han insultado a los jugadores basados en su color de piel, extendido vallas con contenidos racistas y han ondeado banderas nazis en varias ocasiones. Para dar solución a estas situaciones, el año pasado en España se firmó el Protocolo de actuaciones contra el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia en el Fútbol. El plan de acciones contiene medidas disciplinarias internas, medidas de concienciación y acciones dirigidas a prevenir y erradicar la difusión por cualquier medio de mensajes y consignas de contenido racista, xenófobo o intolerante. Tampoco es el único lugar en el que la materialización del odio racial ha cobrado víctimas. Según el Observatorio para el Racismo y la Xenofobia de la Unión Europea, en Reino Unido del año 2002 al 2003 se reportaron 52,964 delitos raciales. En los primeros 10 meses del 2004, Alemania reportó 6,474 crímenes de extrema derecha. En Francia los crímenes raciales, xenófobos y antisemitas llegaron en el mismo año a 1,565 delitos.
La violencia racial y xenófoba comprende desde los ataques verbales motivados por la nacionalidad, color u origen étnico de quien los recibe hasta los genocidios, pasando por las lesiones físicas, homicidios y daños a la propiedad. Preocupa esta situación principalmente por las movilizaciones masivas de extranjeros hacia el país con ocasión del encuentro deportivo y pluricultural que se avecina. Aún más alarmante es que estas situaciones todavía se presenten en una nación que sufrió las consecuencias de ideologías basadas en la superioridad racial. Sin embargo, lo más alarmante es que todavía pensemos de éste lado que estamos muy lejos de llegar a eso.
mayo 30, 2006
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